Saturday, October 07, 2006

CIVILIZACIÓN ETNOCIDA



Hace no muchos años la etnocida Compañía General de Combustibles (CGC) pretendía entrar en el territorio amazónico ecuatoriano para destruir el medio ambiente con la infame explotación petrolera. El pueblo indígena de Sarayaku, quienes habitan en esta zona codiciada por las transnacionales del petróleo, se resiste a la entrega de su “habitat” y su vida para que la civilización genocida continúe con la insana destrucción de nuestra Madre Tierra. Actualmente, los bosques destruidos en la cuenca amazónica de Sudamérica hacen miles de millones para unos cuantos saqueadores de la industria de la madera, del petróleo y de los minerales, una máquina infernal que no permite que nadie se interponga en sus dementes planes de devastación del medio ambiente y de la naturaleza, la destrucción “neo-liberal”. No existe la hipócrita “sustentabilidad”, la insana explotación de nuestro planeta no puede ser “sustentable”. Cada día desaparecen millones de hectáreas de bosque amazónico y ningún hipócrita “civilizado” le va importar que la destrucción sea “sustentable” (que haga dinero pero sin “mucha destrucción”). Por ejemplo, el deliberado atentado contra un oleoducto que provocó el derrame de petróleo en la reserva lacustre de Cuyabeno (ver foto) fue clave en el negocio redondo de millones de dólares por el arreglo de los daños irreversibles causados contra el ecosistema. La civilización capitalista es una máquina de destrucción, parece difícil detenerla en su locura, avidez, ambición y codicia, pero la Resistencia de la Vida es más fuerte que el Imperio de la Muerte. En la civilización patriarcal, el Dios Dinero es el amo de todos los enfermos mentales que sostienen esta civilización genocida, está cayéndose de picada hacia el abismo, la naturaleza misma tomará su dulce revancha.

El petróleo, el agua, la biodiversidad de la Amazonía es codiciada por los cabecillas de la civilización. Está confirmado que la producción del petróleo está en descenso. Ya se está acabando este recurso natural que mantiene a la máquina infernal en movimiento, pronto ya no habrán más pozos por explotar, las sociedades caerán en la desesperación, la gasolina subirá de precio, las revueltas y manifestaciones harán temblar las columnas que sostienen este Orden pos-moderno-suicida. Las políticas de privatización son una movida desesperada del imperialismo por apoderarse de los recursos naturales, pronto el agua y el petróleo pertenecerán a “manos privadas”, apoyadas por las llamadas ONG’s que sirven de puente privatizador ecológico con una máscara social. El pueblo indígena de Sarayaku sabe que las compañías de petróleo se mantendrán con su rapiña hasta lograr penetrar en su territorio, pues en el transcurso de los últimos años han sido “extrañamente” asesinados siete Chamanes ancianos de la comunidad indígena de Sarayaku por “extraños mercenarios” contratados por quien sabe quien…como si fuéramos imbéciles y no nos diéramos cuenta que las compañías de petróleo y de madera quieren destruir a los pueblos indígenas de esta zona para debilitarlos y arruinarlos, y hacer que accedan a la inmunda explotación de la selva, pues con el asesinato de Chamanes los pueblos indígenas quedan mutilados y arruinados, el espíritu colectivo queda devastado. De esta forma aseguran el ETNOCIDIO que están cometiendo los buitres de rapiña transnacionales que con el aval del Estado, saquean la selva sin conciencia, llevados por un instinto enfermizo de codicia y ambición.

Este ETNOCIDIO se ha venido realizando los últimos cinco siglos, desde que los pueblos indígenas "descubrieron" la brutalidad de la civilización comandada por Cristóbal Colón un 12 de Octubre de 1492. Este día los indígenas "descubrieron" el exterminio y la esclavización que trajo la “civilización racional judeo-cristiana”, este día los indígenas "descubrieron" la estupidez y la ignorancia provocada por la codicia enfermiza del imperialismo insano. Desde entonces la “civilización” ha venido realizando un exterminio selectivo de población autóctona americana, como la realizada por los europeos en Norteamérica y en el cono sur de Sudamérica, donde usaron las primeras “armas químicas de destrucción masiva”, como fue la peste de la viruela que exterminó a toda la población indígena que habitaba en lo que es hoy en día Nueva York o La Habana. Los indígenas han venido sufriendo por el “TERRORISMO” desde ese funesto día de Octubre de 1492, el Terror fue importado desde la civilización racional y democrática. Después de siglos de esclavismo y humillación recién en los últimos quince años hay una conciencia de resistencia contra el orden capitalista que la civilización etnocida esparció por el mundo.

El pueblo de Sarayaku está siendo atacado en sus raíces, pues la muerte de sus Chamanes es la muerte de toda la comunidad. La civilización etnocida quiere, en verdad, hacer desaparecer al pueblo de Sarayaku para tener el campo abierto para la insana explotación petrolera y maderera, y la militarización y la represión ejercida por el Estado quiere proteger esta explotación. La compañía de petróleos CGC estará a la expectativa de ver como la comunidad indígena va siendo exterminada por la muerte de los chamanes, médicos y guías de su comunidad para volver a explotar la selva. Este golpe inhumano y ruin que está haciendo la “civilización” contra el pueblo de Sarayaku no puede ser callado, sería complicidad quedarse en silencio y no decir que el asesinato de los siete Chamanes ancianos de esta comunidad indígena es para exterminar a todo el pueblo lentamente con dolor- ESTO ES UN CLARO EJEMPLO DE ETNOCIDIO-

Similar situación vivió la comunidad indígena de la amazonía del Brasil llamada Kaoiwas quienes en 1992 optaron por el suicidio en masa como protesta contra la insana civilización, pues el ingreso de las compañías de petróleo implicaba la destrucción de su medio ambiente, por ende de su propia vida. Esta situación se está repitiendo en cualquier punto del globo donde hay abundante petróleo, agua y biodiversidad. La Amazonía es el pulmón del mundo, si destruimos esta inmensa selva destruimos a todo el planeta, destruimos nuestro hogar. El gobierno de Brasil ya tiene planeado construir una monstruosa autopista trans-amazónica que pretende destruir millones de hectáreas verdes para envenenar la selva de asfalto y concreto, la van a devastar, y todo para facilitar el “libre comercio”. A los insanos “neo-liberales” no les importa un pepino la destrucción de la selva con tal de llenar sus bolsillos de dólares con muerte y putrefacción. El negocio de la madera y del petróleo es demasiado rentable para la vanidosa sociedad capitalista que solo la aniquilación total de la civilización podrá detener la estúpida destrucción de nuestra Madre Tierra. Es el Gris versus el Verde, el gris de la civilización de la muerte contra el verde de la Vida.

Y claro, hay muchas ONG’S que dicen luchar para la protección de la naturaleza y lo único que hacen es facilitar la privatización de las tierras en manos de explotadores. Por ejemplo, la ONG llamada “Jatun Sacha” invadió territorio de la comunidad indígena Chichico Rumi en la amazonía ecuatoriana hace muchos años, a quienes les ofrecieron míseras cantidades de dinero por sus tierras. Los indígenas, sin saber nada de la estupidez llamada “negocios”, vendieron sus tierras para luego convertirse en los nuevos pobres de la ciudad del Tena. Jatun Sacha es una ONG supuestamente científica y ecológica, financiada desde Europa y EE.UU, se apoderó de los territorios de la Comunidad de Chichico Rumi, y ahora realizan experimentos genéticos con la biodiversidad de la selva, patentan las medicinas tradicionales de los indígenas para hacer nuevos químicos y drogas y siguen adquiriendo más tierras para su gigante “fundación” dentro de la selva. Los pseudos-científicos de las farsantes ONG´s ecologistas son manipulados por las empresas genocidas transnacionales que desean privatizar y controlar todos los recursos naturales de este planeta. Hasta en la ONU hay documentos que aseguran la existencia de planes para crear una “República Amazónica” controlada por “cascos azules” y ejércitos nacionales. Es decir, la civilización genocida pretende militarizar las zonas ricas en recursos naturales (Plan Colombia) para después privatizarlas en manos de los carroñeros transnacionales que se enriquecen con la muerte. Piensan que van apoderarse de la tierra a la fuerza con fuego y sangre, sin conciencia alguna, acelerando la suicida destrucción del medio ambiente y de toda la humanidad.

Si esta civilización genocida no es detenida ha tiempo, es posible que no dejemos ningún rastro de verde naturaleza para la humanidad que vendrá….