Friday, March 19, 2010

En Defensa del Extasis y la Muerte de todos los Dioses



La experiencia mística-mágica-artística del Infinito y de la Totalidad (sentimiento oceánico del ser el infinito número) existe, no es un asunto de la filosofía ni de la psicología, ni tampoco del esoterismo, es labor del arte canalizar la experiencia de lo trascendente y mágico, con la creación-acción, el fluir con el todo sin el veneno de la dualidad Yo-Otro, convertirse en el SER TOTAL, a través de la realización del sí mismo, la plenitud, el éxtasis… ser la espiral hacia el infinito, ser creativos, creadores, santos, genios, guerreros encarnando al super-hombre. No es imposible, ni tampoco es una doctrina. Todo ser existente que haya despertado la posibilidad infinita de los sentidos puede acercarse a esta cumbre del éxtasis. No es necesario las meditaciones orientales (yoga, zen, tai chi, etc) ni occidentales (ocultismo, esoterismo, gnosticismo) solo es necesario SER IMPECABLES Y HONESTOS , así la sincronía con todas las cosas llega por añadidura, sin forzar nada, solo siendo uno mismo. No hay una receta ni un programa de ejercicios, si se es honesto, uno despierta, y se da cuenta de la verdad de la infinita potencia del existir de la vida y de todas las cosas. El misterio más profundo sobre el por qué del cosmos y toda la existencia queda en un segundo plano, ya que en el éxtasis uno mismo es la razón de ser de todas las cosas. En ese instante de plenitud y realización se está justificando todas las eternidades y el infinito en sí, somos el espiral y el ocho (número símbolo del infinito). En el instante mismo de la experiencia mística se sabe que uno mismo es la Razón de Ser del infinito y de la totalidad, e intuye que todo lo que existe y todo acontecimiento tiene su razón de ser, su por qué y está en la experiencia de vida. Es la con-sciencia de la inmensidad de todo, la extensión, la superación, la posibilidad. La filosofía y la búsqueda del conocimiento desaparecen en esta experiencia mística, porque cuando se despierta el infinito en sí mismo, uno encarna las eternidades de eternidades, se funde con el conocimiento y las inquietudes fundamentales aumentan la admiración y asombro extático del misterio único.

Es la extensión de la infinita posibilidad de lo que somos, es la transgresión final de todo límite, es el rompimiento de toda barrera que no permita nuestra integración con el todo, es realmente asesinar a todos los dioses, porque reconocemos que toda provisional explicación del misterio tremendo del por qué de la existencia es pura limitación, debilidad, miedo y cobardía. Vemos super-nocivo toda religión, ideología y creencia en “dioses” productos de la psique del miedo. Cuando nos hemos librado de todo límite del espíritu, y nos hemos reconocido como espíritus libres hacia la EXTENSIÓN y abiertos puentes del éxtasis, simplemente, no hay dioses, no hay verdad última, no hay metafísica, no hay explicación ni causa última, somos creadores de nuestras propias formas de ser y ver el mundo, nos vamos creando el espíritu constantemente en la ausencia total de dogma y conocimiento único.

Todos los dioses quedan muertos (no solamente la muerte del dios judeocristiano como proclamaba Fritz Nietzsche) todas las verdades absolutas se muestran como viles mentiras, todas las religiones quedan obsoletas, toda explicación filosófica metafísica queda nula. Quien no le teme a la posibilidad infinita de la totalidad no necesita dioses ni tampoco reproduce una única forma de ver el mundo, porque reconoce esto como borreguismo del alma, el instinto de rebaño, encallarse en la masificación. Tomar partido por cualquier religión o lucha ideológica es volverse esclavo y servil, utilizado por la inmensa máquina infernal ideológica del sistema que anula nuestra percepción hacia la totalidad. En el mercado de ideologías y religiones del sistema mercantil, los débiles y espíritus deformes consumen religión e ideología de turno para alimentar su degradación y vacío. Como no aceptan la experiencia mística en sí mismos se cuelgan del dios que más le convenga por miedo y cobardía, es por la necesidad de explicarse los misterios últimos de la existencia que se aprisiona en la cárcel de la religión y de la ideología.

Tal es el objetivo del sistema, anular la experiencia mística del despertar, anular la extensión de la posibilidad infinita en cada ser humano, mantener la masa informe del rebaño servil intacto, inculcando dogmas y formas de ser, dañando la mente colectiva para cerrar al espíritu, envenenarlo y deformarlo, para que la psique colectiva se convierta en una barrera que impida el despertar generalizado. Si cada uno se diera cuenta de la infinita posibilidad de formas de ser y conocimientos, si cada uno viviera la experiencia del infinito en sí mismo, nadie encallaría como ballena en el dogma, nadie se comería el cuento de la ideología de turno, y el sistema por sí solo se derrumbaría porque no hubiera ningún paradigma que sostenga las columnas del orden social, todo paradigma se mostrara como lo que es, una farsa. Como nada está determinado ni es absoluto, el espíritu genio creador crea su propia forma de ser, su arte de vida, su propia filosofía, su propia religión, no hay ningún obstáculo del espíritu para quien ha vivido en carne propia la extensión del infinito, él es lo que nunca ha sido y creará lo que nunca ha sido creado…

¿Cómo puede ser la ignorancia tan atrevida? ¿Cómo el idiota sabelotodo, ciego prepotente y megalómano, puede hacerse dueño de una “verdad absoluta”? ¿Cómo puede haber idiotas que sigan como esclavos serviles la propaganda ideológica del inmundo sistema? ¿Cómo puede alguien creerse los cuentos del mercado de ideologías (como los nazis esotéricos-gnósticos por ejemplo) y predicarlos a viva voz como doctrina única que alivie su cobardía, ceguera y miedo por el misterio de la existencia? Que testarudos y tercos los que se creen baluartes de un conocimiento único (pues hay miles de millones de gnosis) ninguna ideología es única, ningún pensamiento es absoluto, ninguna religión es superior a otra, todo dogma es abominable. Las mejores inteligencias se han arrojado al despeñadero por seguir el esquema mental que más se adapte a su vacío y necesidad espiritual. La estupidez colectiva se alimenta de aquellos engendros psíquicos, vampiros de la mente que impiden la realización del éxtasis, los dogmas absorben energía psíquica para obstruir el camino hacia la experiencia del infinito. La ignorancia reina porque la mayoría se ha entregado como ramera a la ideología de turno, y teniendo ojos no quieren ver, teniendo oídos no quieren escuchar, y niegan la posibilidad infinita de la existencia para evitar el despertar general.

Todo aquel que tome partido de cualquier ideología o religión se convierte en un zombi servil de un sistema de espíritus esclavos que se arrojan con una sonrisa en la cara a la ruina más decadente y vil. Sea judío, cristiano, nazi o musulmán, todo aquel que entregue su espíritu al servilismo de un dios o dioses está colaborando en el desplome moral y espiritual del corrompido mundo de hoy. Todo el que se califique en algún esquema mental impuesto y se etiquete a sí mismo de acuerdo a una ideología o religión ha caído en el oprobioso fanatismo y fundamentalismo que tanta estupidez ha provocado. Los ciegos, tercos y dementes fanáticos son tontos útiles que mueven el engranaje abominable de la mente colectiva enferma. Más larvas psíquicas chuparan la mente colectiva para alejarnos del DESPERTAR. Toda forma dogmática de ver el mundo es una buena herramienta de esclavitud, los monigotes títeres de la ideología, los "robots radicales" colaboran con la tiranía.

Pero la masa crítica es imparable, poco a poco más personas despertarán y experimentarán el infinito de la posibilidad, los dioses agonizarán, millones vivirán la experiencia mística y arrojarán a la basura el dogma que lo mantuvo esclavo, y paulatinamente el despertar colectivo será generalizado. Cientos de miles empezarán a experimentar el éxtasis, la extensión al infinito, y entonces el sistema por sí sólo se derrumbará, se desplomarán las columnas ontológicas que mantienen la monstruosa civilización-prisión, porque ningún dogma mental podrá sostener el orden mundial, y ninguna tiranía podrá esclavizar a la horda de guerreros espíritus libres que se avecina en el horizonte….

Yo he visto a la Super-Humanidad, y no la temo, al contrario, celebro su llegada…